Algunas personas realmente disfrutan que les hagan cosquillas. Pero para la mayoría de nosotros, es una experiencia tortuosa, llena de risas incómodas y poco dispuestas. Ya sea que disfrutes de ellas o no, te preguntarás por qué tu cuerpo reacciona así. Así tenemos la explicación científica del por qué sentimos cosquillas y las reacciones que generan.
¿Por qué somos cosquillosos?
Hank Green, anfitrión del canal de YouTube SciShow , explica la raíz evolutiva de nuestro cosquilleo y por qué nos reímos cuando sucede:
Las cosquillas se dividen en dos tipos principales: Knismesis, o la sensación de hormigueo que te hace querer picar o frotar un área como si hubiera un insecto, y Gargalesis. El tipo que se retuerce, ríe y roba el aliento es gargalés, y es causado por un ser tocado en lugares específicos. Las axilas, las costillas, el cuello y la parte interna del muslo son zonas de cosquillas, y la razón es porque son algunas de las zonas más vulnerables para atacar.
Algunos científicos creen que nos reímos y nos retorcemos cuando nos tocan allí porque es un mecanismo evolutivo que está destinado a enseñarnos a defendernos. Intentamos alejar las manos de los cosquilleadores de estas zonas, pero al mismo tiempo nos reímos involuntariamente. ¿Pero por qué?
Un artículo en Healthline explica que cuando alguien nos hace cosquillas, estimula nuestro hipotálamo, el área del cerebro a cargo de sus reacciones emocionales y sus respuestas de lucha o huida y dolor. Entonces, si eres alguien que odia que te hagan cosquillas y aun así te encuentras riendo, lo que generalmente se percibe como una respuesta positiva, es porque estás teniendo una respuesta emocional autónoma. De hecho, los movimientos bruscos que hacemos con nuestro cuerpo cuando nos hacen cosquillas en realidad imitan cómo reaccionan las personas cuando tienen un dolor intenso.
La risa a menudo se asocia con la diversión. Pero en el caso de las cosquillas, eso no es necesariamente cierto. Algunas personas disfrutan de la intimidad de las cosquillas y del lanzamiento de una buena sesión de risa. Para otros, cosquillas no es cosa de risa. Así que ten cuidado a quién se las haces.
