Tecnología

Una fruta apestosa puede ser el cargador sostenible de tu móvil

El durián es una fruta tropical conocida por ser, quizá, la fruta más apestosa del mundo. Tiene un tamaño considerable, de unos 30 centímetros, con una forma alargada o redondeada y cubierta de espinas. El nombre viene del malayo ‘Durí’, que significa ‘Espina’. Es tan desagradable que algunos hoteles asiáticos la prohíben, pero podría convertirse en el próximo cargador sostenible de tu móvil.

Vincent G. Gomes, profesor asociado de la Universidad de Sydney y coautor del estudio, asegura que se pueden usar los desechos biológicos del durián para fabricar cargadores eléctricos eficientes y sostenibles. Algo parecido a una powerbank.

durian-powerbank

¿Cómo conseguir un cargador de durián?

Hay que comprender cómo funcionan las baterías convencionales. Tienen dos electrodos, separados por un electrolito que funciona como catalizador para originar una reacción química en la batería. Las reacciones liberan energía eléctrica. Al agotarse las reacciones la batería se agota. Las baterías recargables permiten que las reacciones químicas se ejecuten en ambas direcciones, volviéndose cíclico.

La idea es conservar la energía producida en condensador. No es tan eficiente, pero no usa metales tóxicos y es infinitamente recargable. Pero, no sería cualquier condensador, sino un supercondensador. El equipo liofilizó la biomasa del durian y la jaca. Esto lo convirtieron en aerogeles de carbono estables un material sintético, liviano y poroso, ya que la biomasa del durian tiene poros muy bien distribuidos. Los supercondensadores actuales son fabricados de carbón activado que son menos eficientes. Otros, hechos de aerogeles derivan de materiales caros y exóticos, difíciles de conseguir.

El profesor intenta crear una alternativa para luchar contra la rápida desaparición de los combustibles fósiles. Además, de abaratar las opciones, como los supercondensadores que podrían ayudar en el futuro, incluso para recargar automóviles. El trabajo fue publicado en el Journal of Energy Storage a inicios de 2020.

¡Una brillante, pero mal oliente idea para conservar el mundo!

Ana Patricia Luzardo

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